lunes, 4 de abril de 2011

La bordería de Alonso me gusta, es muy asturiana!

El olor a combustible quemado, las manchas de lubricante, los codazos de las marcas, el oro en las muñecas, las curvas por todas partes y una frase atribuida a Ayrton Senna: "Aquí, el segundo es el primero de los perdedores". Nacho Vegas repite las palabras del malogrado piloto brasileño para explicar por qué se queda pegado al televisor con las carreras de formula 1: "Me gusta este deporte porque no se parece a ningún otro, porque le gustaba a mi beatle favorito, George Harrison, y porque no existe el espíritu deportivo. Lo importante no es participar, sino ganar". Tanta afición al triunfo resulta chocante en un trovador de la derrota como Nacho. Pero el que fuera miembro de Manta Ray, cantautor rock clave del Xixón sound -movimiento de intenso arraigo geográfico que definió la música alternativa española de los años noventa-, hasta ha echado mano de las carreras para el título de su último disco, La zona sucia. "Lo sé. Todo resulta despreciable. Las escuderías, Ecclestone... Es el deporte más salvaje e individualista. En las motos hay cierto buen rollo. Aquí, ninguno. La fórmula 1 es la metáfora perfecta del capitalismo puro y duro. Pero, al menos, lo entiendes, mientras que el capitalismo real da mucho más miedo".

A Nacho Vegas (Gijón, 1974) la afición le llegó por la tierra. Igual que se atrevió a actualizar en clave rock el cancionero tradicional asturiano, empezó a seguir los pasos en la pista de su paisano Fernando Alonso. "Me gusta precisamente porque resulta antipático. Con una bordería muy asturiana. La reconozco muy bien. No empatizo con los deportistas perfectos. Él no tiene que caer simpático ni lo intenta. Ni siquiera quiere ser ejemplo de nada. Eso me gusta mucho. Lo de Asturias tira. Ahora también soy un poco del Barça por Villa".
Gracias al piloto, los domingos por la mañana se convirtieron en un buen momento para componer canciones. La tele, con el volumen bajo -"si Alonso se sale, pierdo el interés"-; escribiendo canciones sobre el desamor, la pérdida, el lastre y el abandono. Así escuchó lo de la zona sucia y la zona limpia y así decidió también que, sin duda, él estaba más cerca de la sucia, esa que tiene restos de goma, por donde los coches no siguen el trazado. Por eso decidió titular así su disco, otro éxito de crítica. "La zona sucia es la que me interesa al hacer canciones porque en la zona limpia hay orden, pero las cosas interesantes proceden de lo imprevisto, de lo que no tiene explicación".
Más allá del título, nada en sus canciones hace referencia a su deporte favorito: "Las canciones llegan de todas partes, en cualquier momento, haciendo la compra, hablando en un bar o, sí, viendo las carreras. Pero, no, aún no he escrito nada sobre Alonso". La pregunta no es caprichosa. En 2005, se inspiró en el alpinista Juanito Oiarzabal paraCerca del cielo, incluida en su tercer disco, Desaparezca aquí. De alguna manera el montañero le recordaba a sí mismo: "Si pudiera elegir/ solo un deseo,/ pediría vivir/ siempre cerca del cielo,/ de un cielo tan real/ como el abismo,/ en una guerra tan cruel/ como la de uno contra uno mismo". "El montañismo es lo contrario a la fórmula 1. Es conquistar algo que no tiene fin. Es el mito de Sísifo, el esfuerzo inútil y que no acaba nunca. Subir y bajar montañas sin meterse con nadie. Salvando las distancias, me pareció que era como escribir canciones. Haces canciones para nada y una canción, como una montaña, te lleva a otra. Subir, bajar... Siempre igual. Hasta que ya no te queda nada más".
A Nacho Vegas no le pegan mucho las expresiones de euforia. Por tímido y observador. Aunque el sábado, después del triunfo del Sporting en el Bernabéu, se podía intuir su grito detrás de un sms: "Justicia cósmica, se llama, ay, la madre que me parió, ¡puxa,Sporting!"

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