miércoles, 23 de marzo de 2011

Pereza, M Clan y su caliente noche de rock



Pereza, M Clan y su caliente noche de rock

Hot Legs, la banda de versiones de los dos grupos, ofreció ayer en la pequeña sala El Sol, de Madrid, un placentero espectáculo de rock and roll que oxigena el espíritu. Por Lino Portela

A Carlos Tarque, cantante de M Clan, todavía le da pudor escuchar esa frase que tanto le repiten: él es el mejor cantante de rock and roll que tenemos actualmente en España. Hay quien estará de acuerdo; hay quien no. Pero la realidad es irrefutable. Su voz, entre Rod Stewart y Chris Robinson (Black Crowes), tiene todos los ingredientes que necesita tu cuerpo para sentir ese latigazo invisible, esa sacudida eléctrica de ese sucio y caliente deporte callejero llamado rock and roll.

Anoche, las 300 personas que casi llenaron la sala Sol, de Madrid (con las entradas a 10 euros), seguro que lo sintieron. También tendrían en mente la dichosa frase (“que bien canta este tío”, se oyó entre el público). Cuando se la dicen a la cara, Tarque se mueve como un culebra entre la vergüenza y el "ya lo sé". Ese carácter hiperactivo del cantante de M Clan y sus inquietos amigos Rubén y Leiva (de Pereza) es el mismo que les ha llevado a montar una excitante banda que aparece y desaparece de vez en cuando por los garitos de Madrid.

Se llaman Hot Legs (piernas calientes) en homenaje a la canción de Rod Stewart, con la empezaron y terminaron el concierto de anoche, el segundo de su historia -el primero lo puedes ver aquí-. Ayer, el grupo volvió a ofrecer una hora y media de edificante rock y soul con un lustroso repertorio y una brillante alineación. Junto a Tarque (voz y pandereta), Rubén (guitarra) y Leiva (¡gran baterista!) estaban Sara Iñiguez, de Rubia (voz, pandereta y sonrisas), Josu García (guitarra), de La Tercera República, y Jokin Salaverría (bajo). Todos consiguen que esta banda nacida de la amistad y la casualidad, sea algo más que un divertimento de amiguetes. Hot Legs es, aparte de la fama de sus componentes, un gran grupo de rock and roll que toca apasionadamente versiones de clásicos del rock. Es decir: nada nuevo; diversión asegurada. Grupo imprescindible para pasarlo bien y educar oídos perdidos por las vanguardias.

Sorprende ver cómo unos tíos capaces de llenar el Palacio de los Deportes o Las Ventas bajan al barro y se ponen a cantar sus canciones favoritas, con la naturalidad de quien va al supermercado a comprar cerveza.

La compra de anoche estuvo cardada de delicatessen. Mustang Sally, de Wilson Pickett; Remedy, de The Black Crowes; Dead flowers, de los Stones, un Jealous guy, de John  Lennon, interpretado con una emocionante onda soulera. Más cesta de la compra: grande Walls, de Tom Petty, y Handle with care, de los Traveling Wilburys. Y bombazo: la incendiaria Fire, de Jimi Hendrix, cantada por Josu García, sonó descarnada, sucia, molona…

Una curiosidad. El grupo se empezó llamando Hot Legs. La mente calenturienta de Tarque, Rubén y Leiva le pusieron un apellido: and the squirting band (y la banda de la eyaculación femenina). Anoche volvieron a su nombre original a petición de Sara Iñiguez. “Yo soy una señorita y no podía permitir semejante burrada de nombre”, dijo ella.

Lo que sí fue un sopresón fue lo bien que sonó Oh Sister, en boca de Rubén Pozo y Sara Iñiguez, cual Bob Dylan y Emmylou Harris en Desire. Un momento sobrecogedor, guardado para los bises, que junto a Tumbling dice, de los Stones, crearon uno de esos instantes por los que merece la pena estar en el sitio adecuado, en el momento perfecto.

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